el Mánager “sabelotodo” y la aventura de hablar de más

En el fascinante mundo de la gestión empresarial, donde cada día es un nuevo episodio de una telenovela corporativa, hay un personaje recurrente que siempre roba cámara: el “mánager sabelotodo”. Este mánager es el que, armado con una taza de café y una buena dosis de sarcasmo, se siente con el derecho (y a veces, con el deber) de compartir sus opiniones sobre su equipo con cualquiera que tenga la mala suerte de estar cerca. Y claro, ¿quién mejor que sus colegas para escuchar una buena ración de quejas y críticas, sazonadas con un poco de dramatismo?

Pero, querido mánager “sabelotodo”, antes de que te lances a una sesión de «terapia» improvisada con tus colegas, te propongo un desafío: ¿qué tal si dejas el drama de lado y empiezas a gestionar por resultados y potencial, en lugar de por afinidad personal? Puede que suene aburrido, pero te prometo que el final feliz de este post está garantizado 😉

 

Capítulo 1

La tentación de desahogarse (o cómo convertir una reunión en un Programa de Chismes)

Imagínate esta escena: estás en una reunión con otros mánager, compartiendo un café, cuando de repente, la conversación gira en torno a los equipos. Es en este preciso momento cuando el Mánager Sabelotodo siente una picazón en la lengua. «No puedo evitarlo», piensa, «tengo que contarles lo mal que lo está haciendo Juanito». Y ahí va, en medio de una descripción detallada de los errores de su equipo, casi como si estuviera narrando una película de suspense.

Lo que el Mánager Sabelotodo no se da cuenta es que, mientras él disfruta de su momento de gloria, sus colegas están tomando nota. Pero no de lo que él cree. No, están tomando nota de algo mucho más importante: que el Mánager Sabelotodo no sabe gestionar su equipo sin criticarlo a sus espaldas.

 

Capítulo 2

Los resultados no Hablan; gritan (lo que genera tu gestión)

Si hay algo que no se puede ocultar en el mundo empresarial, son los resultados. Puedes intentar disfrazarlos, maquillarlos o incluso esconderlos debajo de la alfombra, pero eventualmente, saldrán a la luz. Y cuando lo hagan, dirán mucho más de tu capacidad como mánager que cualquier comentario que puedas hacer sobre tu equipo.

Cuando gestionas por resultados, estás tomando una decisión inteligente: dejar que el desempeño de tu equipo hable por sí mismo. Esto no sólo te ahorra la molestia de tener que explicar cada pequeño error, sino que también te permite enfocarte en lo que realmente importa: ¿Está tu equipo alcanzando los objetivos? ¿Están mejorando con el tiempo? Si la respuesta es sí, entonces no necesitas desahogarte con tus colegas. Si la respuesta es no, bueno, tal vez deberías gastar tu energía en mejorar la situación, en lugar de en lamentarte.

 

Capítulo 3

Potencial sobre Afinidad (o cómo evitar formar un club de amigos en la oficina)

Es fácil caer en la trampa de gestionar por afinidad. Después de todo, ¿quién no quiere trabajar con personas que le caen bien? Pero, cuando se trata de ser un buen mánager, las amistades no deberían influir en tus decisiones profesionales. Gestionar por afinidad personal puede parecer inofensivo, pero en realidad, puede ser la receta perfecta para el desastre.

Imagina esto: promueves a Pepito porque es tu amigo, aunque sabes que no es la mejor opción para el puesto. A corto plazo, puede que todo parezca bien, pero a largo plazo, te encontrarás con un problema mucho más grande. Pepito no está preparado para las responsabilidades, el equipo lo nota y empiezan los problemas de rendimiento. Y lo peor de todo, has perdido la confianza del resto del equipo, que ahora ve que las promociones no se basan en méritos, sino en simpatías.

En cambio, si gestionas por potencial, estarás invirtiendo en el futuro de tu equipo y, por lo tanto, en el futuro de la empresa. No importa si alguien no es tu mejor amigo; si tiene el potencial para crecer

y aportar, merece la oportunidad. De esta manera, no solo te ganarás el respeto de tu equipo, sino que también estarás construyendo una base sólida para el éxito a largo plazo.

 

Capítulo 4

El final feliz (o cómo convertirte en el héroe de tu propia historia)

El Mánager Sabelotodo, tras haber aprendido la importancia de gestionar por resultados y potencial, y de mantener sus críticas constructivas en privado, finalmente se convierte en el héroe de su propia historia. Ya no necesita criticar a su equipo para sentirse mejor, porque sabe que su verdadero valor como mánager radica en su capacidad para guiar a su equipo hacia el éxito.

Y lo mejor de todo, ya no es el villano en las historias que sus colegas cuentan en las reuniones. Ahora es respetado, admirado, y quizás, incluso, un poco envidiado por aquellos que aún no han aprendido la lección. Porque al final del día, ser un buen mánager no se trata de ser popular o tener siempre la razón. Se trata de liderar con integridad, de tomar decisiones basadas en datos y méritos, y de apoyar a tu equipo para que todos, juntos, alcancen el éxito.

 

Así que, querido mánager, la próxima vez que sientas la tentación de hablar mal de tu equipo, o de gestionar por afinidad, recuerda esta historia. Y pregúntate: ¿quiero ser el Mánager Sabelotodo que se lamenta, o el héroe que lidera con resultados y potencial?

La elección es tuya, y te prometo que tomar el camino correcto será mucho más gratificante (y menos estresante) a largo plazo.

 

Aquí encontrarás más sobre cómo convertirte en un Mánager Sabelotodo “útil” para tu equipo y organización 😉

 

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