La actual pandemia nos ha obligado a transformar y adaptar nuestros negocios repentinamente y tele-trabajar; de hecho, nunca hemos tenido a tantas personas trabajando desde casa.

Al igual que la actividad de muchas empresas continua, el mentoring debe continuar; la distancia no es una barrera. Nuestros mentores continúan desarrollando su función apoyando a sus mentees en este momento de incertidumbre y crisis, donde la gestión del cambio está presente en la agenda de todos.

Afrontamos desafíos importantes pero también surgen oportunidades. La relación mentor-mentee genera un entorno donde contrastar ideas, frustraciones, logros e incluso miedos, produce crecimiento y seguridad. El email y el whatsapp nos mantiene conectados pero la video conferencia y el teléfono fortalece la relación, aporta espontaneidad y compromete a las partes.

En circunstancias normales, muchas conversaciones de mentoring se centran en el desarrollo de la carrera profesional, sin embargo ahora ganan relevancia otros asuntos relacionados con la aceptación de la nueva situación, el consuelo, la seguridad, la reafirmación de valores, etc. Asuntos potenciados por la incertidumbre y cambio de reglas de juego: la distancia distorsiona la percepción de amistad, compañerismo, aprecio o reconocimiento. Hoy, más que nunca, el mentor centra su labor en escuchar y comprender las dificultades y preocupaciones del mentee, reconociendo los retos que afronta e, incluso, el estrés que puede estar padeciendo.

Los mentores estamos compartiendo nuestra vulnerabilidad a través de nuestras propias vivencias, porque nuestro trabajo habitual también se ha visto alterado, porque también estamos atravesando un momento delicado. Hablamos de cómo llevamos el confinamiento, de las rutinas que nos hemos generado, del bombardeo de información sobre la pandemia y de lo agobiante que resulta este aislamiento. Pero también miramos hacia otro lado y nos reímos de determinadas situaciones, porque sabemos de la importancia del sentido del humor en algunos casos.

Hay que reconocer que, al no estar en la oficina, no se dan las circunstancias para poner en práctica la modificación de ciertos comportamientos respecto al equipo, jefes o compañeros. Sin embargo, si disponemos de un entorno adecuado para provocar la reflexión y el desarrollo de otras habilidades que el día a día impedía.

Aunque la distancia social impuesta por la pandemia es necesaria, no significa que también tenemos que poner en cuarentena la proximidad emocional y la relación mentor-mentee. El desarrollo profesional, el talento y el crecimiento personal no están confinados. Aprovechemos el momento.

Estimados clientes y mentees, os animamos a contactar con los mentores de Dealing with People durante este periodo de incertidumbre provocado por el covid19: mentoringmequedoencasa@dealing.es.

Arriba