el arte de desarrollar talento: la metáfora del oculista de stephen covey 👓

Con frecuencia escuchamos que «el tiempo es dinero». Pero ¿qué tal si pensamos en el tiempo como una inversión en el potencial humano? Al igual que un jardinero dedica tiempo y esfuerzo a cultivar un jardín, los mánager deben entrenar y desarrollar a sus colaboradores, dedicándoles el tiempo y la atención necesarios para que florezcan. Una poderosa metáfora que ilustra este concepto proviene de Stephen Covey, en su historia del oculista y las gafas prestadas: “Imagina un oculista que, en lugar de evaluar las necesidades específicas de cada paciente, simplemente presta sus propias gafas a todos los que entran en su consulta. ¡Qué absurdo sería! Cada persona tiene necesidades visuales únicas, y unas gafas que funcionan para una persona pueden ser completamente inútiles para otra.” Al igual que cada miembro del equipo tiene habilidades, fortalezas y áreas de mejora distintas; un mánager eficaz no puede simplemente aplicar una solución única para todos. Debe dedicar tiempo a entender y conocer a cada uno de sus colaboradores, identificar sus necesidades y proporcionar las herramientas y el apoyo adecuados para su desarrollo.

Invertir en el Potencial Humano

  1. diagnóstico personalizado: al igual que un buen oculista evalúa la visión de cada paciente, un buen mánager debe conocer a fondo a su equipo, es decir, comprender sus metas, motivaciones y desafíos.
  2. herramientas adecuadas: proporcionar las «gafas» adecuadas significa ofrecer formación, recursos y oportunidades que se ajusten a las necesidades individuales de cada persona.
  3. seguimiento y apoyo continuo: el desarrollo no es un evento único. Requiere seguimiento y apoyo continuo, ajustando el enfoque según sea necesario para asegurar el crecimiento constante de cada persona.
  4. escucha activa: escuchar a los colaboradores es fundamental. Entender sus perspectivas y feedback ayuda a crear un entorno de trabajo colaborativo y de confianza.
  5. superando barreras internas: los miedos, las creencias limitantes y las percepciones individuales de los colaboradores, son las barreras internas que boicotean e imposibilitan el lograr nuevas metas de crecimiento y desarrollo. En muchas ocasiones son excusas, pero no debemos convertirnos en cómplices de su estancamiento.
Al dedicar tiempo y esfuerzo a entrenar y desarrollar a los colaboradores, los mánager no solo mejoran el rendimiento del equipo, sino que también fomentan un ambiente de trabajo más comprometido y motivado. No olvidemos que, el verdadero éxito de un mánager se mide por el crecimiento y el éxito de su equipo.

🚀 El Cambio Comienza Ahora 🚀

En el vertiginoso mundo empresarial, a menudo escuchamos una excusa común: «No tengo tiempo para formarme.» Esta afirmación se ha convertido en un mantra para muchos managers, creando una barrera significativa para el desarrollo y la mejora continua. Sin embargo, es crucial desafiar este pensamiento y entender que la formación no es una opción, sino una necesidad. No debemos aceptar la excusa de «no tener tiempo». En lugar de eso, debemos fomentar una mentalidad que valore y priorice el desarrollo constante. La formación debe ser un componente fundamental de la estrategia empresarial, y los managers deben ser los primeros en adoptar este cambio. Transformemos la gestión del talento en una inversión a largo plazo, no solo en un gasto de tiempo. Evitar la formación para mantenerse en la zona de confort puede parecer una solución fácil a corto plazo, pero las consecuencias a largo plazo pueden ser desastrosas. La falta de actualización y desarrollo puede llevar a una gestión ineficaz, equipos desmotivados y una organización que no puede competir en un mercado en constante evolución. Transformemos la excusa en acción y hagamos del aprendizaje y desarrollo una prioridad. Recuerda, un equipo que se forma y crece continuamente es un equipo que está preparado para cualquier desafío que el futuro pueda traer.
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