Rumores en la empresa: por qué surgen y como evitarlos

En las empresas en proceso de cambio, los rumores llegan a sustituir a la comunicación oficial, algo que hay que evitar a toda costa. Los procesos comienzan a ser más ineficientes, se enrarecen y desestabilizan los climas laborales y, como consecuencia de lo anterior, se produce una pérdida económica. Cualquier iniciativa que no esté bien comunicada puede transformarse en un rumor.

¿Cómo afectan los rumores en una empresa?

El nivel de rumorología es un termómetro del nivel y la calidad de la comunicación interna. Las organizaciones suelen tomar conciencia de que se están enfrentando a un verdadero problema cuando la infección ya está en un proceso avanzado. Sólo se empiezan a tomar medidas cuando se le ven las orejas al lobo. Pero ¿cómo y por qué se generan? Los motivos son varios. La asimetría de información es una de las causas habituales de la creación del rumor. Cuando se toman decisiones en función de informaciones no compartidas se da pie a elucubraciones. El temor es también una fuente de rumores: proyectamos nuestros miedos en forma de comentarios. Incluso los hay malintencionados: se difunde una mentira, a sabiendas, con toda la intención de crear problemas a una persona o a un departamento.

¿Por qué aparecen los rumores en la empresa?

  • Necesita información que no es capaz de conseguir por los medios oficiales o habituales.
  • Busca desahogar su frustración o enfado.
  • Persigue airear un conflicto entre personas con fines perversos.
  • Quiere dañar la credibilidad de alguien en pro de lograr sus objetivos individuales.
El problema de los rumores es que retroalimentan la enfermedad que generan: si pienso que adolezco de confianza por parte de mis compañeros, cuanto más recurra al cotilleo con ellos para ganar credibilidad, peor concepto tendrán de mí. Antes de hacer circular una información, deberíamos estar completamente seguros de dos aspectos fundamentales: que la información es absolutamente cierta y que el hecho de hacerla circular contribuirá positivamente al funcionamiento de la organización. Si no es así, lo que hacemos circular no es una información; es un virus.
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